Santa María de América Latina

Autor: Miguel Salazar / Martín Scheuch
Disco: América de nuestra fe - Takillakkta



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1. Madre nuestra eres María
                A
de todo este continente;
             G                                 A
pues Tú has estado presente,
        G                            D
en toda nuestra historia;
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y nos sigues conduciendo
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a la verdadera gloria.
                        G
Nuestra evangelización,
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sintió tu mano amante;
                   G
pues Tú seguiste constante,
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aquella grande misión;
             G                  D
por eso te apareciste
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en el Santo Tepeyac.

2. Y ahora tus hijos te imploran,
Latinoamérica toda;
Madre de todos los hombres,
con el nombre de La Antigua;
invocado fue tu amparo,
en Panamá por vez primera.
María de Guadalupe,
te llaman los mexicanos;
y son tus fieles cubanos,
aún sufriendo pobreza;
hijos todos muy devotos,
de la Morena del Cobre.

3. Virgen de Copacabana,
te invoca el hombre del Ande;
y en todo el sur del Perú,
te quieren Virgen de Chapi;
y los chilenos piadosos,
en tu santuario en Maipú.
Y es hacia Aparecida,
donde van los brasileños;
para pedirte postrados,
escuches sus sufrimientos;
y en Argentina en Luján,
te imploran los argentinos.

4. Señora de Coromoto,
te aman los venezolanos;
y van los ecuatorianos,
a tu santuario del Quinche;
bella estrella de Colombia,
Virgen de Chiquinquirá.
En el Paraguay tu reinas,
Señora de Caacupé;
alma de los uruguayos,
Virgen de los Treinta y trés;
sol de los dominicanos,
Señora de la Altagracia.

5. Oh Señora del Rosario,
lucero de Guatemala;
y en Cartago de Costa Rica,
acoges a los peregrinos;
Virgencita de Suyapa,
Honduras te da su amor.
En el Salvador te invocan,
oh Señora de La Paz;
y aunque la aflicción se sienta,
los fieles nicaragüenses;
en Chinandega te piden,
que la fe no sea vencida.

6. María, Virgen y Madre,
cuida éste tu continente;
que vivamos en justicia,
y que ya no haya miseria;
que en nuestra tierra fecunda,
haya reconciliación.
Y ante todo, María,
enséñanos el amor;
a ser fieles a Dios Padre,
fraternos con los hermanos;
condúcenos a tu Hijo:
que seamos como Jesús.