Jesucristo es el Pan vivo
Autor: Néstor Gallego
Disco: 10 milagros de Jesús
E B7 D7 C#7
1. Para estar algo tranquilos,
F#m7 B7
y charlar con toda calma;
E G#m7 C#m7
el Señor con sus amigos,
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se marchó para Betsaida.
A G#m7
Pero tantos le seguían,
D A E
y buscaban por sus obras;
B G#7 C#7
que ya no le permitían,
F#m7 B7 E A E
ni siquiera estar a solas.
F#m7 B7
Jesucristo es el Pan vivo,
G#m7 C#7
que ha bajado de los cielos;
F#m7 B7
para dar la vida al mundo,
A Am E
y a los hombres el consuelo.
2. Cuando vio a la muchedumbre,
que hasta allí lo había seguido;
se dio como de costumbre,
a los pobres y a los niños.
Los curaba con cariño,
les hablaba de su Reino;
donde todo es tan distinto,
junto al Padre de los cielos.
3. Ya despídete de ellos,
y que vayan a algún pueblo;
porque en medio del desierto,
no hay albergue ni alimento.
Escuchando la advertencia,
que le hizo aquel Apóstol;
respondió con inocencia:
"dadles de comer vosotros"
4. Aquí tengo en una bolsa,
cinco panes y dos peces;
pero es tan poca cosa,
para darle a tanta gente.
Cinco mil eran los hombres
calculando a "grosso modo";
y el Señor mandó a los doce:
"haced que se sienten todos".
5. Tomó el pan y los pescados,
los bendijo como siempre;
los partió y los fue entregando,
a los doce y a la gente.
Cuando todos se saciaron,
con los restos que sobraban;
los Apóstoles llenaron,
en total doce canastas.
Disco: 10 milagros de Jesús
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1. Para estar algo tranquilos,
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y charlar con toda calma;
E G#m7 C#m7
el Señor con sus amigos,
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se marchó para Betsaida.
A G#m7
Pero tantos le seguían,
D A E
y buscaban por sus obras;
B G#7 C#7
que ya no le permitían,
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ni siquiera estar a solas.
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Jesucristo es el Pan vivo,
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que ha bajado de los cielos;
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para dar la vida al mundo,
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y a los hombres el consuelo.
2. Cuando vio a la muchedumbre,
que hasta allí lo había seguido;
se dio como de costumbre,
a los pobres y a los niños.
Los curaba con cariño,
les hablaba de su Reino;
donde todo es tan distinto,
junto al Padre de los cielos.
3. Ya despídete de ellos,
y que vayan a algún pueblo;
porque en medio del desierto,
no hay albergue ni alimento.
Escuchando la advertencia,
que le hizo aquel Apóstol;
respondió con inocencia:
"dadles de comer vosotros"
4. Aquí tengo en una bolsa,
cinco panes y dos peces;
pero es tan poca cosa,
para darle a tanta gente.
Cinco mil eran los hombres
calculando a "grosso modo";
y el Señor mandó a los doce:
"haced que se sienten todos".
5. Tomó el pan y los pescados,
los bendijo como siempre;
los partió y los fue entregando,
a los doce y a la gente.
Cuando todos se saciaron,
con los restos que sobraban;
los Apóstoles llenaron,
en total doce canastas.
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